Transcripción del corto “La Historia de las Cosas” por Annie Leonard
¿Tenés
uno de estos? Yo me obsesioné un poco con el mío. De hecho, me
obsesiono un poco con todas mis cosas. ¿Alguna vez te preguntaste de
dónde vienen todas las cosas que compramos y a dónde van cuando las
tiramos? No podía dejar de preguntarme esto y por eso lo
investigué. Y lo que los libros de texto dicen es que nuestras cosas
simplemente se mueven a través de estas fases: a extracción,
a producción,
a distribución,
a consumo
y a descarte.
A esto, todo junto, se lo llama economía
de los materiales.
Bien, busqué un poquito más. De hecho pasé diez años viajando por
el mundo rastreando de dónde vienen nuestras cosas y a dónde van.
¿Y
saben lo que encontré? Que esta no es la historia completa. Hay un
montón de cosas que faltan en esta explicación. Para empezar, este
sistema parece estar bien pero la verdad es que es un sistema en
crisis. Y la
razón por la cual está en crisis es que es un sistema lineal y
vivimos en un planeta finito
y no se puede hacer funcionar un sistema lineal en un planeta finito
indefinidamente.
A
cada paso el sistema está interactuando con el mundo real, no está
operando en una hoja en blanco: está interactuando con sociedades,
culturas, economías, el medio ambiente... Y todo a lo largo del
proceso se topa con límites. Límites que no vemos porque el
diagrama está incompleto. Así que volvamos atrás y llenemos
algunos de los espacios a ver que falta.
Bueno,
una de las cosas más importantes que falta es la gente. Si, la gente
vive y trabaja en todo este sistema. Y algunas personas en este
sistema son un poco más importantes que otras, tienen un poco más
de peso. ¿Quiénes son? Bien, empecemos por el gobierno. Mis amigos
me dicen que debería usar un tanque para representar al gobierno y
esto es verdad en muchos países y cada vez más en los EEUU ya que
más del 50% de nuestros impuestos federales va a parar al ejército,
pero estoy usando una persona para simbolizar el gobierno porque yo
creo en la visión y en los valores que dicen que los gobiernos
deberían ser de gente, por la gente y para la gente. La función del
gobierno es protegernos, cuidarnos. Ese es su trabajo.
Después
vino la corporación. La razón por la cual la corporación se ve más
grande que el gobierno es porque la corporación es más grande que
el gobierno. De las cien economías más grandes del planeta, 51 son
corporaciones. Mientras las corporaciones han crecido en tamaño y
poder hemos visto un pequeño cambio en el gobierno, que está un
poco más preocupado en asegurar que todo les vaya bien a estos tipos
más que a nosotros mismos.
Ahora
vamos a ver qué más falta en este cuadro.
EXTRACCIÓN
Comenzaremos
por la extracción, que es una palabra linda para la explotación de
recursos naturales, que es una palabra linda para arruinar el
planeta. Esto significa que talamos los árboles, dinamitamos
montañas para sacar los minerales, usamos toda el agua y matamos
todos los animales. Aquí estamos topándonos con nuestro primer
límite: nos estamos quedando sin recursos, estamos usando demasiadas
cosas. Sé que esto puede ser difícil de escuchar pero es la verdad
y tenemos que enfrentarla. Solamente en las últimas tres décadas un
tercio de los recursos naturales del planeta han sido consumidos.
Desaparecieron. Estamos talando, extrayendo, transportando y
arruinando el lugar tan rápido que estamos socavando la capacidad
del planeta de soportar vida humana. Donde yo vivo, en los EEUU,
tenemos menos del 4% de nuestros bosques originales, 40% de nuestras
vías fluviales ya no son potables y nuestro problema no es solamente
que estamos usando demasiado sino que estamos usando más de lo que
nos corresponde. Los EEUU tienen el 5% de la población mundial pero
estamos consumiendo el 30% de los recursos del planeta y creando el
30% del desecho mundial. Si todos consumiéramos como los EEUU
necesitaríamos de tres a cinco planetas ¿ y sabés qué? Sólo
tenemos uno. Así que la respuesta de mi país a esta limitación es
simplemente ir y sacar las cosas de alguien más. Esto es el Tercer
Mundo, lo cual algunos dirían es una palabra linda para nuestras
cosas que quién sabe como terminaron en la tierra de otro. ¿Cómo
se ve esto? Igual. Arruinado el lugar. El 75% de los recursos
pesqueros ya han sido pescados hasta más allá de su capacidad
máxima y el 80% de los bosques originales del planeta han
desaparecido. Solamente en el Amazonas perdemos 2000 árboles por
minuto. Son siete canchas de fútbol por minuto. ¿Y qué hay de la
gente que vive allí? Bueno, según estos tipos no es la dueña de
estos recursos aún si han vivido allí por generaciones, no es la
dueña de la producción y no compra mucho y en este sistema si no
comprás o sos dueño de muchas cosas no tenés valor.
PRODUCCIÓN
En
el siguiente paso, los materiales pasan a la producción y lo que
sucede allí es que usamos energía para mezclar químicos con los
recursos naturales para hacer productos tóxicos contaminados. Hay
más de cien mil sintéticos químicos en el comercio actual.
Solamente algunos han sido testeados para ver los impactos en la
salud humana y ninguno para ver impactos sinérgicos en salud, o sea
cuando interactuan con todos los otros químicos a los que estamos
expuestos todos los días. No sabemos el impacto total de estos
químicos sobre nuestra salud y medio ambiente pero si sabemos una
cosa: tóxicos entran, tóxicos salen. Mientras seguimos metiendo
tóxicos en nuestro sistema de producción vamos a seguir con tóxicos
en las cosas que llevamos a nuestras casas, trabajo, escuelas y
obviamente a nuestros cuerpos. Como los retardantes de fuego
brominados que son unos químicos que hacen las cosas más
resistentes al fuego pero son super tóxicos. Son una neurotoxina, lo
que significa tóxicos para el cerebro. ¿Qué estamos haciendo
poniendo un químico así? Pero lo ponemos en nuestras computadoras,
electrodomésticos, colchones y hasta en nuestras almohadas. De
hecho, tomamos nuestras almohadas, las bañamos en una neurotoxina y
las llevamos a casa y ponemos nuestras cabezas encima de ellas por
ocho horas cada noche. No lo sé, pero me parece que en un lugar con
tanto potencial podríamos inventar una mejor manera de asegurarnos
que nuestras cabezas no se prendan fuego durante la noche. Estos
tóxicos se acumulan en la cadena alimenticia y se concentran en
nuestros cuerpos.¿Sabés que es lo que está en la punta de la
cadena alimenticia con los niveles más altos de muchos contaminantes
tóxicos? La leche materna. Esto significa que hemos llegado a un
punto donde los miembros más pequeños de nuestra sociedad, nuestros
bebés, están recibiendo la dosis más alta de su vida de estos
tóxicos a través del amamantamiento. ¿No es una violación
increíble? Amamantar debe ser el acto humano más fundamental de
nutrir, debería ser sagrado y seguro. Ahora, amamantar sigue siendo
lo mejor y las madres definitivamente deberían seguir dando el pecho
pero las deberíamos proteger. Ellos las deberían proteger. Pensé
que nos estaban cuidando... Y por supuesto, la gente que más sufre
estos químicos tóxicos son los que trabajan en las fábricas,
muchos de ellos mujeres en edad reproductiva.
Están trabajando con sustancias tóxicas para la reproducción,
cancerígenos y más. Ahora te pregunto: ¿qué tipo de mujer en edad
reproductiva trabajaría en un lugar expuesta a sustancias tóxicas
excepto una que no tiene otra opción? Y eso es una de las cosas
“lindas” de este sistema. La erosión de ambientes y economías
locales allí aseguran el suministro constante de gente sin otra
opción. Globalmente doscientas mil personas por día están
mudándose de ambientes que las han sostenido por generaciones a
ciudades, muchos a vivir a los barrios más pobres buscando trabajo,
no importa cuan tóxico ese trabajo sea. Podés observar que no sólo
se desperdician recursos en este sistema sino que gente también,
comunidades enteras se desechan, si. Tóxicos entran, tóxicos salen.
Muchos de los tóxicos salen de las fábricas como productos pero aún
más salen como subproductos o contaminación y es mucha
contaminación. En los Estados Unidos la industria admite liberar
casi dos mil millones de químicos tóxicos por año y es
probablemente mucho más, ya que eso es solamente lo que admiten. Así
que es otro límite. ¿Quién quiere mirar y oler dos mil millones de
químicos tóxicos por año? Entonces que hacen? Mueven las fábricas
sucias a otros países, a contaminar la tierra de otro pero... oh,
sorpresa! Mucha de esa contaminación se vuelve a nosotros
transportada por el viento.
DISTRIBUCIÓN
Bueno,
¿qué sucede una vez que todos estos recursos están convertidos en
productos? Pasan para la distribución. La distribución significa
vender toda esta chatarra tóxica contaminada lo más rápido
posible. La meta aquí es que los precios sigan bajos, la gente siga
comprando y el inventario se mueva. ¿Cómo mantienen bajos los
precios? Les pagan poco a los empleados y evitan pagarles el seguro
de salud cuando pueden. Todo se trata de externalizar los costos. Eso
significa que el costo real de hacer cosas no se refleja en el
precio. En otras palabras, no estamos pagando por las cosas que
compramos. Yo estaba pensando en esto el otro día. Estaba caminando
al trabajo y quería escuchar las noticias así que entré a un
negocio para comprar una radio. Encontré una radio linda por 4.99
dólares. Estaba haciendo cola para comprar esta radio y me pregunté
como podía ser que 4.99 dólares reflejara los costos de hacer esta
radio y llevarla hasta mis manos? El metal a lo mejor se trajo de
Sudáfrica, el petróleo a lo mejor viene de Irak, los plásticos
probablemente se produjeron en China y tal vez todo fue ensamblado
por algún niño de quince años en una maquiladora en México. Cinco
dólares ni siquiera pagaría la renta por el espacio que ocupaba en
la tienda hasta que yo viniera y ni hablar, parte del salario del
empleado que me ayudó a elegirlo, o los varios cruces del mar y
viajes en camión que hicieron las piezas de esta radio. Así fue que
me di cuenta: no pagué por la radio.¿Entonces quién pagó? Bueno,
esta gente pagó con la pérdida de su base de recursos naturales,
esta otra gente pagó con la pérdida de su aire limpio, con tasas de
asma y cáncer siempre aumentando. Niños en el Congo pagaron con su
futuro. El 30% de los niños del Congo ahora habrán tenido que dejar
la escuela para extraer coltam, un metal que necesitamos para nuestra
electrónica barata y desechable. Hasta esta gente pagó por tener
que pagar su propio seguro de salud. Por todo este sistema la gente
ayudó para que yo pudiera tener esta radio a 4.99 dólares, eso es
lo que quiero decir cuando digo que los dueños de las empresas
externalizan los verdaderos costos de producción y eso nos lleva a
la flecha dorada del consumo. Esto es el corazón del sistema,
el motor que lo propulsiona. Es tan importante que proteger esta
flecha es una prioridad de estos dos tipos. Por eso es que después
del 11 de septiembre, cuando nuestro país estaba en shock, el
presidente Bush pudiera haber sugerido un número de acciones
adecuadas, lamentar, rezar, tener esperanza... ¡no! Dijo que había
que salir de compras... ¡de compras! Nos hemos convertido en una
nación de consumidores, nuestra identidad primaria es la de
consumidor. No somos madres, profesores o granjeros sino
consumidores. Nuestro valor se mide y se demuestra principalmente por
cuanto contribuimos a esta flecha, cuanto consumimos. Y si que lo
hacemos! Compramos, compramos y compramos. Mantener un flujo de
materiales. ¡Y si que fluyen! Adiviná qué porcentaje del flujo
total de materiales de este sistema todavía está en el producto o
usándose seis meses después de su venta en Norteamérica?
¿Cincuenta por ciento? ¿Veinte por ciento? NO. Uno por ciento.
¡UNO! En otras palabras, el 99% de las cosas que cosechamos,
extraemos, procesamos y transportamos, el 99% de las cosas que
pasamos por este sistema es basura dentro de 6 meses. Ahora, cómo
podemos hacer funcionar un planeta con este nivel de uso de los
materiales? No fue siempre así, el norteamericano promedio consume
ahora el doble que lo que consumía hace cincuenta años. Preguntale
a tu abuela. En su época, la administración, el ingenio y el ahorro
se valoraban. Entonces, cómo pasó esto? Bueno, no pasó. Fue
diseñado. Poco después de la Segunda Guerra Mundial estos tipos
estaban pensando cómo resucitar la economía norteamericana. El
analista de mercado, Victor Lebow, articuló la solución que se ha
convertido en norma para el sistema entero. Dijo: “nuestra
enormemente productiva economía... demanda que hagamos del consumo
nuestro modo de vida, que convirtamos las compras y el uso de bienes
en rituales, que busquemos nuestra satisfacción espiritual y la
satisfacción de nuestro ego en el consumo... necesitamos que las
cosas se consuman, se quemen, reemplazarlas y descartarlas a un ritmo
siempre más acelerado” (Victor Lebow, Journal of Retailing,
quoted in Durning, How Much is Enough? (1992). Y el presidente
del consejo de asesores sobre la economía del presidente Eisenhower
dijo que el propósito final de la economía estadounidense es
producir más bienes de consumo. ¿Más bienes de consumo?¿No
proveer servicios médicos, educación, transporte seguro,
sustentabilidad o justicia?¿Bienes de consumo?¿Cómo hicieron para
que participaramos de este programa con tanta gana? Bueno, dos de sus
estrategias más efectivas son la obsolescencia planificada y
la obsolescencia percibida. La obsolescencia planificada
quiere decir “diseñada para el basurero”. Significa que diseñan
cosas para ser inútiles lo más rápido posible, para que las
tiremos y vayamos a comprar otras nuevas. Es obvio con cosas como
bolsas de plástico y tazas desechables. Pero ahora también son
cosas más grandes: dvds, cámaras... ¡hasta parrillas! ¡todo!
¡Hasta computadoras! Te fijaste que cuando comprás una computadora
ahora la tecnología cambia ahora tan rápido que dentro de unos
pocos años se torna un impedimento para la comunicación? Eso me
causó curiosidad así que abrí una computadora de escritorio para
ver lo que tenía adentro y averigüé que la pieza que cambia cada
año es solamente una fichita chiquita en un rincón. Pero no podés
cambiar sólo esa ficha porque cada versión es de otra forma así
que tenés que tirar el aparato entero y comprar uno nuevo. Entonces
estaba leyendo frases de revistas de diseño industrial de los años
cincuenta cuando la obsolescencia planificada se estaba volviendo muy
popular. Estos diseñadores hablan de ello muy abiertamente, hasta
debaten sobre cuan rápido pueden hacer que las cosas se rompan
manteniendo al consumidor con la fe suficiente en el producto para ir
y comprar otro. Pero las cosas no se pueden romper lo suficientemente
rápido para mantener viva esta flecha y por eso también está la
obsolescencia percibida, que
nos convence de tirar cosas que todavía son perfectamente útiles.
¿Cómo hacen eso? Cambian el aspecto de las cosas y así si las
compraste hace un par de años todos saben que no contribuiste con
esta flecha ultimamente, y ya que demostramos nuestro valor
contribuyendo a esa flecha entonces esto puede ser vergonzoso. Lo sé.
He tenido el mismo monitor, grande y blanco, en mi escritorio por
cinco años. Mi compañera acaba de comprar una computadora nueva,
tiene un monitor plano, brillante y pulcro. Va con su computadora, su
teléfono, con todo, y ella parece estar manejando una nave espacial
y yo parezco tener un lavarropas en mi escritorio. La moda es otro
ejemplo de esto. ¿Te preguntaste alguna vez por qué los tacos de
los zapatos de mujer cambian de gordos un año a flacos el próximo,
de gordos a flacos? No es porque haya un debate sobre qué tipo de
taco es el más saludable para el pie femenino. Es porque vestirse
con tacos gordos en un año flaco muestra a todos que no contribuiste
con esta flecha ultimamente y no sos tan valiosa como la otra mujer
con tacos flacos o más probable, como la de alguna publicidad. Es
para que sigamos comprando zapatos nuevos. Publicidades y los medios
en general juegan un gran papel en esto. A cada uno de nosotros en
Estados Unidos se nos destinan más de 3.000 publicidades por día.
Vemos más publicidades en un día que 50 años atrás se veían en
una vida entera. Si lo pensás, para que es una publicidad si no es
para que estemos infelices con lo que tenemos? Así que 3.000 veces
por día se nos dice que nuestro pelo está mal, nuestra piel está
mal, nuestra ropa está mal, nuestros muebles están mal, nuestros
autos están mal, nosotros estamos mal... pero que todo se puede
arreglar si salimos de compras. Los medios también ayudan
escondiendo todo esto y para que la única parte de la economía de
materiales que veamos sean las compras. La extracción, producción y
descarte pasan fuera de nuestro campo de visión. Así que en los
Estados Unidos tenemos más cosas que nunca pero las encuestas
demuestran que nuestra felicidad nacional fue disminuyendo. Nuestra
felicidad nacional llegó a su punto más alto en algún momento de
los cincuenta, al mismo tiempo que esta manía de consumo explotó.
Una coincidencia interesante. Creo que sé por qué: tenemos más
cosas pero menos tiempo para lo que realmente nos hace felices: la
familia, los amigos, el ocio... Estamos trabajando más duro que
nunca. Algunos analistas dicen que tenemos menos tiempo de ocio ahora
que en cualquier época desde la sociedad feudal. ¿Sabés cuáles
son las dos actividades que hacemos en el poco tiempo de ocio que
tenemos? Mirar tele e ir de compras. En los EEUU pasamos de tres a
cuatro veces más horas de compras que nuestros pares en Europa. Así
que estamos en esta situación ridícula donde vamos al trabajo —tal
vez dos—
llegamos a casa y estamos exhaustos así que nos sentamos en nuestro
nuevo sofá y vemos tele y las publicidades nos dicen “sos una
mierda” así que tenemos que ir a comprar algo para sentirnos mejor
y después tenemos que ir más al trabajo para pagar lo que
compramos. Llegamos más a casa y estamos más cansados así que te
sentás a mirar la tele y te dice que salgas otra vez de compras y
así estamos en una rutina loca y sin fin de trabajar, mirar,
gastar.. y podríamos simplemente parar. Al final, ¿qué pasa con
todas las cosas que compramos? A esta velocidad de consumo no entran
en nuestras casas aunque el tamaño promedio de casa estadounidense
se haya duplicado desde los 70. Todo sale en la basura. Y eso nos
lleva al descarte.
DESCARTE
Esta
es la parte de la economía de materiales que mejor conocemos porque
tenemos que llevar la chatarra afuera nosotros mismos. Cada uno de
nosotros en los EEUU hace dos kilos de basura por día. Eso es el
doble de lo que hacíamos hace 30 años. Todas esas cosas que
compramos, o se llevan a un basural, lo cual es sólo un hueco grande
en la tierra, o si realmente no tenés suerte primero se queman en un
incinerador y después se tiran en un basural. De cualquier forma,
los dos contaminan el aire, la tierra, el agua y, no hay que
olvidarse, cambian el clima. La incineración es muy mala. ¿Te
acordás de esos tóxicos de la fase de producción? Quemar la basura
libera los tóxicos al aire y, aún peor, crean nuevos supertóxicos
como la dioxina. La dioxina es la sustancia sintética más tóxica
conocida por la ciencia y los incineradores son la mayor fuente de
dioxina. Eso significa que podríamos parar la mayor fuente de
sustancia sintética más tóxica simplemente si dejáramos de quemar
basura. Lo podríamos parar hoy. Algunas empresas no se quieren
preocupar en construir basurales e incineradores aquí asi que
simplemente exportan el descarte también. ¿Qué tal el
reciclaje?¿Ayuda el reciclaje? Si, reciclar ayuda. El reciclaje
reduce la basura aquí y reduce la presión de extraer y cosechar
nuevas cosas aquí. Si, si, si, todos deberíamos reciclar. Pero
reciclar no es suficiente. Reciclar nunca será suficiente por
algunas razones: primero, la basura que sale de nuestras casas es
sólo la punta del iceberg. Por cada bolsa que ponés en la calle 70
bolsas se hicieron río arriba solamente para hacer la chatarra en
esa única bolsa que pusiste en la calle. Así que si aún pudieramos
reciclar el cien por ciento del desecho que sale de nuestras casas no
llega a la raíz del problema. También mucha de la basura no se
puede reciclar, o porque contiene demasiados tóxicos o porque está
diseñada para no ser reciclable, como todos esos cartones de jugo
con papel, metal y plástico todo junto, nunca podés separarlo para
el reciclaje verdadero. Así que como ves, es un sistema en crisis.
Durante todo el proceso nos topamos con muchos límites, desde
cambiar el clima hasta la felicidad disminuida. No está funcionando
pero lo bueno de un problema tan rotundo es que hay muchos puntos de
intervención. Hay gente aquí trabajando en salvar los bosques y
aquí en producción limpia, gente trabajando en los derechos del
trabajador y comercio justo, el consumo consciente, bloqueando
basurales e incineradores y, muy importante, trabajando para retomar
nuestros gobiernos para que realmente sean de la gente, con la gente
y para la gente. Todo este trabajo es criticamente importante pero
las cosas se van a empezar a mover cuando veamos las conexiones,
cuando veamos el cuadro grande, cuando la gente de este sistema se
una vamos a poder reclamar y transformar este sistema lineal a algo
nuevo, un sistema que no desperdicie recursos ni gente. Porque lo que
realmente necesitamos tirar es esta mentalidad de vieja escuela “todo
a la basura”. Hay una nueva escuela del pensamiento sobre esto y se
basa en la sustentabilidad e igualdad. Química limpia, cero desecho,
producción cerrada, energía renovable, economías locales vivas...
Ya está pasando. Hay gente que dice que es poco real, idealista, que
no puede pasar... pero yo digo que los que son poco reales son los
que quieren continuar en el camino viejo. Acordate: esa vieja forma
no surgió sola, no es como la gravedad que simplemente tenemos que
vivir con ella, la gente lo creó y somos gente también. Así que...
¡vamos a crear algo nuevo!